INTRODUCCIÓN
La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España.
La guerra por la independencia mexicana tuvo su antecedente en la invasión de Francia a España en 1808 y se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.
La sociedad novohispana estaba dividida en varios estratos, cuya posición estaba condicionada por cuestiones de orden económico, cultural y político. Una de ellas era su papel respecto a la posesión de los bienes económicos. Había un grupo muy pequeño de personas que controlaban la mayor parte de la riqueza, mientras que la gran parte de la población era pobre.
Los pueblos indígenas debían pagar un tributo al gobierno y estaban sujetos a un régimen de autoridad que, por ambiguo, provocaba numerosos enfrentamientos entre españoles peninsulares, criollos y mestizos. Muchos de estos enfrentamientos tenían relación con cuestiones agrarias, como por ejemplo la tenencia de la tierra y el control del agua.
Aunque aparentemente no hubo ningún cambio en la organización y los vínculos entre España y sus dominios ultramarinos en América, en realidad en cada una de las colonias había una discusión sobre quién era el verdadero soberano de las tierras americanas. El problema era que, nominalmente, la soberanía de los dominios españoles radicaba en el titular de la Corona de España. No había una claridad sobre la posición que se debía guardar ante la ocupación extranjera de la metrópoli. Para algunos, la opción era reconocer al gobierno francés de ocupación. Para otros, la soberanía radicaba en Fernando VII, y por lo tanto, no estaban dispuestos a reconocer a Bonaparte como soberano. Y había un tercer grupo, influenciado por las ideas de la Ilustración y la reciente independencia de Estados Unidos, para quienes la opción era la separación de las colonias de su metrópoli.
Estos facciones estaban formados sobre todo por los miembros de las clases altas y medias, es decir, por españoles peninsulares, criollos y algunos mestizos —muy pocos— que habían llegado a ocupar algún cargo en la estructura de poder colonial.
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Cuando el Rey de España, Fernando VII, fue derrocado por el ejército francés y encarcelado en mayo de 1808, ocupó el trono un hermano de Napoleón, José Bonaparte. Estos hechos fueron después conocidos en América, provocando una enorme impresión, ya que nadie quería acabar en manos de los franceses, que por ese tiempo tenían una pésima fama. Las autoridades que en América representaban al Rey legítimo: Virreyes, Intendentes, Capitanes Generales, etcétera, creyeron oportuno aceptar los hechos consumados, pero algunos diferían de esa postura y empezaron a organizar conjuras en contra de dichas autoridades por su pasividad ante la crisis española.
Parte de una de esas conjuras en la Nueva España, fueron: don Miguel Hidalgo y Costilla, junto con Ignacio Allende, los hermanos Aldama, Josefa Ortiz y otros criollos ilustrados de la época. Descubiertos que fueron, ante el peligro de ser apresados, se enfrentaron al riesgo de iniciar una lucha armada abierta y general, para la cual no tenían dinero ni armas ni gente; ni siquiera un proyecto definido de acciones y metas a lograr.
En la primera semana de septiembre arribó a Veracruz el virrey Francisco Xavier Venegas, quien de inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno real español en México. El intendente de Guanajuato, Riaño, ordenó al comandante de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre se realizó una redada en Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se logró arrestar a Epigmenio González y se giró orden de aprehensión en contra de Allende, que escapó a una población del Bajío.
Por medio del alcalde de Querétaro, Balleza, doña Josefa fue informada de la captura de los Ibarra y se dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir a Dolores fue encerrada en una habitación por su marido, para que no avisara a los conspiradores. Sin embargo, la corregidora pudo contactar con Allende a través de Balleza, para informar oportunamente a Hidalgo.
En las primeras horas del 16 de septiembre, Allende llegó a la casa cural de Dolores, donde Hidalgo se hallaba pernoctando. Tras despertarlo y charlar, además de tomar chocolate caliente por el clima frío de ese tiempo, ambos decidieron lanzarse a la lucha armada antes de que los españoles destruyeran sus planes. Alrededor de las cinco de la mañana Hidalgo, usando la campana de la parroquia, convocó a la misa patronal del pueblo y dio el Grito de Dolores, con lo que empezó formalmente la lucha por la independencia de México.
En Guanajuato el cura Hidalgo comandó el 28 de septiembre la llamada Toma de la Alhóndiga de Granaditas. Al entrar en la ciudad intentó intimidar al intendente de Guanajuato, su viejo amigo Juan Antonio Riaño. Pero el marino español desistió de entregar la plaza sin derramar sangre, prefirió reunir al regimiento local para acuartelarse en la bodega más grande de toda la provincia: la Alhóndiga de Granaditas, donde también se congregaron miembros de las familias más acaudaladas de la ciudad. Hidalgo ordenó a Allende, brazo armado del movimiento, lanzar a sus tropas contra el edificio. Tras más de cinco horas de combate, el intendente salió a luchar cuerpo a cuerpo, pero murió de un balazo que le propinó un indio. Uno de los abogados, quien legalmente debía quedarse a cargo de la intendencia en ausencia del titular, intentó pactar con los insurgentes y alzó una bandera blanca en señal de paz, y la tropa rebelde cesó el ataque. El coronel García de la Corona, comandante militar de la plaza, mató al regidor y reinició las acciones bélicas. Con ayuda de un minero barretero llamado Juan José de los Reyes Martínez, y apodado "El Pípila", el cual se colocó una loza de piedra amarrada sobre su espalda y con una tea encendida en la mano derecha, quien quemó la puerta de la bodega, el ejército insurgente y los militares al mando de Allende y Aldama pudieron penetrar en la alhóndiga, y una vez dentro mataron a todos los españoles, tanto ciudadanos como militares. Acto seguido se dio el saqueo de la ciudad, con lo que los insurgentes pudieron conseguir fondos para batallas posteriores. Con poco más de 6000 soldados Hidalgo, acompañado de Allende, Aldama y Abasolo inició la lucha. En pocos días entró sin ninguna resistencia en Celaya,Salamanca y Acámbaro, donde fue proclamado como capitán general de los ejércitos sublevados. En Atotonilco, entró al santuario local y tomó el estandarte de la virgen de Guadalupe, símbolo de su movimiento.
Valladolid, fue el siguiente objetivo de Hidalgo y su tropa, quienes salieron de la ciudad de Guanajuato el 3 de octubre, y a los pocos días se dio parte en la capital de la intendencia michoacana. Todos los acaudalados, principalmente españoles, comenzaron a huir semanas antes de la toma de la ciudad. El 17 de octubre Hidalgo entró a la ciudad con su tropa y tomó parte del patrimonio del episcopado local. Para el 20 de octubre se unió a Ignacio López Rayón en Tlalpujahua, y más tarde, ese mismo día, habló con José María Morelos, en Charo. Este sacerdote, otrora exalumno suyo, pidió permiso para luchar, y a la postre se convertiría en el sucesor de Hidalgo al frente de la lucha.
Toluca cayó en poder de los insurgentes el 25 de octubre. En la mañana del 30 de octubre, Torcuato Trujillo enfrentó a los insurgentes en la Batalla del Monte de las Cruces, acción en la que los realistas, inferiores en número de soldados, fueron derrotados por más de 80.000 insurgentes, quienes sin embargo perdieron gran número de efectivos. El paso siguiente para la tropa era tomar la Ciudad de México, pero Hidalgo, queriendo evitar una masacre como la acontecida en Guanajuato, envió a sus emisarios a negociar con el virrey Francisco Xavier Venegas el 1 de noviembre. Tras el rechazo sufrido por parte del virrey, Hidalgo dudó. La presión de Allende no hizo efecto y decidió retirarse al Bajío para continuar la lucha. El 7 de noviembre, luego de la retirada, Hidalgo fue vencido por el brigadier y capitán general de San Luis Potosí, Félix María Calleja, en la Batalla de Aculco.
Hidalgo y Allende decidieron separarse para continuar con la lucha. El cura de Dolores marchó a Valladolid. Hidalgo llegó el 22 de noviembre a Guadalajara. La capital de la intendencia de Jalisco cayó en manos del jefe insurgente José Antonio Torres, el 7 de noviembre. Allende, mientras tanto, se fortificó en la alhóndiga de Granaditas, donde aún estaban algunos prisioneros españoles. Cuando se supo de la proximidad de Calleja y el intendente de Puebla, Manuel Flon, Allende ordenó la ejecución de los reos. El 26 de noviembre, Calleja y Flon atacaron Guanajuato, recuperando así la ciudad minera. Allende, Aldama y Jiménez se unieron a Hidalgo en Guadalajara el 8 de diciembre.
Calleja recibió órdenes para tomar Guadalajara y acabar con los insurgentes. Tras unirse con Flon de nuevo, Calleja inició la marcha hacia Guadalajara al iniciar el año de 1811. En enero, los realistas capturaron algunas poblaciones importantes de la intendencia de Jalisco, donde fue vencido el cura José María Mercado, quien pereció al intentar escapar. Calleja hizo acampar a sus tropas en un paraje cercano a Guadalajara, conocido como Puente de Calderón. El 17 de enero, Hidalgo, acompañado de Allende, Rayón, Aldama y Jiménez, avanzó hacia Puente de Calderón para enfrentar a Calleja, en un hecho conocido como Batalla de Puente de Calderón, en la que en un principio la situación fue favorable a los insurgentes, pero luego de la explosión de un carro de pólvora, propiedad de la tropa de José Antonio Torres, los realistas comenzaron a ganar ventaja al punto de hacer huir a los insurgentes, quienes en la retirada perdieron dinero y efectivos.
El 25 de febrero, cuando los insurgentes se disponían a huir a Estados Unidos, para comprar armamento y seguir la lucha. Pero fueron capturados.
El 27 de julio tuvo lugar la condena eclesiástica: Hidalgo sería degradado y expulsado del estado clerical, por lo que las autoridades civiles podrían tratarlo según las leyes vigentes para los no clérigos.
Después de un breve juicio fue condenado a muerte por revelión y sublevación contra España.
Antes de que llegase el momento de ser ejecutado, Hidalgo se confesó con el P. Juan José Baca y comulgó, por lo que quedó libre toda excomunión. Cuando llegó la hora del fusilamiento, pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda (como era la usanza al fusilar a los traidores). Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso sobre el corazón. Hubo necesidad de dos descargas de fusilería y el tiro de gracia para acabar con su vida. Miguel Hidalgo murió el 30 de julio de 1811 fusilado por las fuerzas realistas.
Páginas relacionadas:
http://www.semanario.com.mx/ps/2009/09/el-movimiento-de-miguel-hidalgo/
http://www.institutowashington.com/biblioteca-virtual/historia/58-presentacion-del-llamado-al-movimiento-de-independencia-por-el-cura-miguel-hidalgo-y-costilla
MOVIMIENTO DE JOSÉ MARÍA MORELOS
En octubre de 1810, conocedor del levantamiento de Miguel Hidalgo, que había sido su rector en San Nicolás, decidió visitarle y hablar con él. Al parecer, su intención era la de ofrecerse como capellán, pero una vez llevado a cabo este encuentro el 20 de octubre, Hidalgo lo convenció de que aceptara una misión más importante: marchar a la costa del sur, reunir tropas y tomar el puerto de Acapulco, que Morelos conocía muy bien. El 25 de octubre, acompañado de una veintena de voluntarios mal armados, Morelos partió de Cuarácaro hacia las tierras calientes del sur, en calidad de lugarteniente de Hidalgo.
La actividad insurgente de Morelos duró cinco años, a lo largo de los cuales fue capaz de desarrollar cuatro campañas militares, además de una obra política, doctrinal y administrativa en la que se recoge un pensamiento avanzado, innovador y cargado de sentido popular y social. Se le reconoce un incipiente genio de estratega militar, despiadado y cruel en algunas ocasiones, y capaz de enfrentarse y doblegar en varias ocasiones a los ejércitos realistas superiores en número, bajo el mando del temible Félix María Calleja.
Las campañas de Morelos
La primera campaña, de octubre 1810 a agosto 1811, le permitió organizar y constituir un cuerpo de tropas disciplinado y bien armado, con el que intentó sin éxito la ocupación de Acapulco en febrero de 1811. Se retiró con sus fuerzas a Tecpan, desde donde preparó el asalto a Chilpancingo el 24 de mayo y la toma de Tixtla (actual Ciudad Guerrero) dos días más tarde. En el curso de esta campaña se le unieron los hermanos Miguel y Víctor Bravo, nacidos en la hacienda de Chichihualco; Vicente Guerrero, oriundo de Tixtla, y los hermanos Galeana, de Tecpan. En esta época contó con la colaboración del estadounidense Perter Ellis Bean, aventurero cosmopolita, que fabricó gran cantidad de pólvora para las tropas insurgentes.
Desgraciadamente, en junio de 1811 fueron ejecutados Miguel Hidalgo y sus principales ayudantes, aunque le sucedió en la dirección del movimiento Ignacio López Rayón, que se retiró a Zacatecas y se internó en Michoacán, mientras maduraba y concretaba un ideario político que diese coherencia y unidad a las iniciativas surgidas por todo el país. Unido a José María Liceaga, años más tarde compañero de Javier Mina, y a José Sixto Verduzco, enviado de Morelos, Rayón estableció en agosto de este año la Suprema Junta Nacional de América.
La mayor objeción que Morelos puso a esta Junta fue su declarado acatamiento a Fernando VII, defendido por Rayón como una medida de prudencia y moderación. Éste fue, por lo tanto, el primer núcleo de gobierno insurgente, que se atrajo la simpatía de los intelectuales y hacendados criollos que deseaban establecer un sistema de Juntas similar al implantado en las provincias de España. En la ciudad de México se inició, en este tiempo, la formación de una sociedad secreta llamada Los Guadalupes.
En agosto de 1811 Morelos contaba, según sus propias palabras, "con cuatro batallones en pie de guerra: uno para proteger los puertos de la costa; otro en El Veladero, fuera de Acapulco; un tercero en Tixtla y el último en Chilpancingo, para encargarse del abasto de pólvora". Desde el primer momento Morelos se inclinó por la proclamación de algunos principios revolucionarios, tomados de sus conversaciones con Hidalgo.
En Aguacatillo, el 17 de noviembre de 1810, había anunciado el establecimiento de un nuevo gobierno y en este decreto incluyó la abolición de la esclavitud (que confirmaría con solemnidad a principios de 1813), de los tributos y de las tesorerías de las comunidades. Este decreto está considerado como uno de los documentos más importantes en la historia social de América Latina. Como justificación de su levantamiento afirmaba que "ya que España se encontraba en manos de los franceses y los gachupines conspiraban con Napoleón para perpetuar su poder, todos los americanos debían unirse en defensa del país y de la religión".
El Congreso de Chilpancingo
Morelos dividió su ejército en tres columnas. Una, al frente de Nicolás Bravo que avanzó a Oaxca, tomando en su camino hacia el sureste, a Acatlán y Huajuapa, otro frente al mando de Hermenegildo Galeana. El tercer grupo insurgente, encabezado por Morelos, fue hacia Izúcar donde se le une El Cura Mariano Matamoros y ocupó Cuautla el 24 de diciembre 1811 para los causa insurgentes.
En febrero de 1812 Félix María Calleja fue comisionado por el virrey para que aniquile a Morelos y su ejército. Calleja esperaba vencerlo con la ventaja numérica porque los insurgentes, puñado de guerrilleros sin formación militar. Les pone en sitio en Cuautla cuando la Junta ya había sido arrojada de Zitácuaro. Luego de 72 días de combate. Los realistas habían fracasado se rompió sitio, evacuando la población de Cuautla porque ella participó en su defensa, destacándose el grupo de niños llamados Los Emulantes, batallón infantil insurgente encabezado por el hijo de Morelos Juan Nepomuceno Almonte, Narciso Mendoza, conocido como el Niño Artillero eran miembros de los Emulantes.
Perseguidos los insurgentes por el ejército español, fueron hacia Puebla, tomaron Orizaba y se enfrentaron al ejército virreinal en las cumbres de Acultzingo, y Veracruz. No hay un vencedor definitivo, y los insurgentes se desplazan al Sur.
Luego de capturar Tehuacán, Morelos y su ejército ocuparon la ciudad de Oaxaca donde instituyó un gobierno autónomo. En Oaxaca, Morelos convocó a la formación al Congreso de Chilpancingo con representantes electos. Con la intención de ir a Chilpancingo al Congreso, el ejército de Morelos va haciala Costa Grande , y el Fuerte de San Diego de Acapulco en agosto de 1813 Así la comunicación marítima con Filipinas por el océano Pacífico quedó bajo control de los insurgentes.
Gracias a los triunfos militares, Morelos pudo dar un giro radical al planteamiento político y a los apoyos de personajes que participaron en el Congreso de Chilpancingo convocado por Morelos en junio de 1813; que se llevó a cabo en septiembre de ese mismo año, luego de la captura de Acapulco.
En Chilpancingo, Morelos entregó a los congresistas un documento conocido como Sentimientos de la Nación. Este documento reflejaba la posición política de Morelos, para quien “la América es libre e independiente de España y de toda otra Nación, Gobierno o Monarquía. Artículo 1°; y pide a los representantes populares... “que así se sancione, dando al mundo las razones” José María Morelos rechazó los títulos deSu Alteza y Generalísimo, concedidos por el Congreso de Chilpancingo. En cambio, se hizo llamar Siervo de la Nación.
- El rompimiento con el sistema social colonial
- La supresión del sistema de castas.
- La residencia de la soberanía en el pueblo.
- La independencia de la nación ante cualquier potencia extranjera.
- Se pronunciaba a favor de la conservación del catolicismo como única religión.
- La exclusión de los extranjeros de las actividades económicas. Se trata, por tanto, de un documento radical en materia de creencias y con los extranjeros.
Morelos fue capturado meses después en una escaramuza por mantener alejado a los realistas de los congresistas y enfrentó el mismo destino que Hidalgo, murió fusilado después de ser degradado como sacerdote el 22 de diciembre de 1815 en san Cristóbal Ecatepec en el actual Estado de México.
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MOVIMIENTO
DE AGUSTÍN DE ITURBIDE
A pesar de que se convocó a un Real Acuerdo, y la Carta Magna fue
jurada por los oidores, así como por las altas autoridades religiosas, los
conspiradores no se dieron por vencidos. Buscaron un jefe militar para poder
llevar a cabo su último plan, el cual consistía en proclamar la independencia
de Nueva España para establecer una monarquía dirigida por un infante de
España. Fue Matías de Monteagudo quien recomendó al nuevo jefe político
superior, Juan Ruiz de Apodaca, nombrar a Agustín de
Iturbide como comandante de los ejércitos del sur. Apodaca accedió a
la propuesta y el día 15 de noviembre de 1820, Iturbide aceptó el puesto
solicitando el grado de brigadier y la asignación del regimiento de
Celaya el cual había comandado con anterioridad.
Abrazo
de Acatempan
El 16
de noviembre de 1820, Agustín de Iturbide salió de la Ciudad de México para
comenzar la campaña contra los insurgentes del sur, se estableció en Acapulco
para esperar al regimiento de Celaya, el cual llegó el 17 de diciembre
comandado por Francisco Quintanilla, con Valentín Canalizo y Miguel
Arroyo. Iturbide reveló a los capitanes Quintanilla, Manuel Díaz de la
Madrid y José María González. El proyecto que tenía pensado consistía en
derrotar rápidamente a los insurgentes para después realizar la proclama del
que se llamaría Plan de Iguala. Para realizar con celeridad sus
intenciones, solicitó al virrey la ayuda del cuerpo de caballería
de Frontera, incrementando su tropa a dos mil quinientos
efectivos. Durante estos días el coronel Juan Davis Bradburn abandonó a
los insurgentes para unirse a las fuerzas de Iturbide. El 22 de diciembre dio
inicio la campaña contra las tropas de los insurgentes.
El 28
de diciembre Pedro Ascencio, con un grupo de ochocientos hombres, sorprendió la
retaguardia del contingente de Iturbide en las inmediaciones de Tlatlaya.
Quintanilla, Iturbide y el resto del ejército realista se replegaron a
Teloloapan. El 2 de enero de 1821, Vicente Guerrero con cuatrocientos hombres,
venció a una columna subalterna mandada por Carlos Moya en la Batalla de
Zapotepec, cerca de Chilpancingo. Iturbide concluyó que los insurgentes
conocían muy bien el terreno y que vencerlos le llevaría más tiempo del que
tenía planeado, así que cambió su estrategia y escribió una carta a Guerrero el
10 de enero. La misiva, además de ofrecerle el indulto, notificaba que los ex
insurgentes en la Ciudad de México ya habían sido liberados y que los diputados
novohispanos habían viajado a España para pedir muchos de los deseos por los
que habían luchado los insurgentes, entre ellos que todos los hijos del país
sin distinción alguna fuesen considerados ciudadanos, y que el rey o un infante
de España gobernase la colonia. De tal suerte, Iturbide pidió a Guerrero que le
enviase a Nicolás Catalán, o alguna otra persona de su confianza, para poder
explicarle los pormenores necesarios con la finalidad de sellar un pacto de
paz.
Guerrero
que ya había rechazado una oferta de indulto con anterioridad, tomó con cautela
la propuesta de Iturbide y le respondió en una carta fechada el 20 de enero,
que había percibido ciertas ideas de liberalismo. Expresó la inconformidad por
las negativas que el virrey Juan Ruiz de Apodaca había dado a las propuestas de
los jefes insurgentes, así como la decepción que sintieron cuando se enteraron
del trato inequitativo y de falta de representación en las Cortes de Cádiz, así
como de las negativas que se habían dado a las peticiones de los diputados
americanos. Guerrero dejó en claro que no albergaba esperanzas con el nuevo
viaje de los diputados americanos, le mencionó a Iturbide que si éste luchaba
por los intereses de la nación militaría bajo sus órdenes, pero puntualizó que
no aceptaba el indulto, el cual consideraba degradante, y que no pensaba
abrazar el partido del rey.
Antes
de que Iturbide recibiera esta carta, el 25 de enero, Pedro Ascencio atacó a
las fuerzas de Rafols en Totomaloya, obligando a los realistas a replegarse
hacia Sultepec. El 27 de enero, Francisco Antonio Berdejo, fue vencido por
los hombres de Vicente Guerrero en el Espinazo del Diablo, cerca de
Chichihualco. El 4 de febrero Iturbide escribió una segunda carta a Guerrero en
la que le propuso reunirse cerca de Chilpancingo para sellar un pacto de paz.
Finalmente el 10 de febrero, de acuerdo a Lorenzo de Zavala, se efectuó una
reunión en Acatempan en donde Guerrero e Iturbide, se reunieron, conversaron y
se abrazaron para sellar la paz. A partir de ese momento, las fuerzas militares
de Guerrero de tres mil quinientos hombres, se pusieron a las órdenes de Iturbide,
quien envió a Apodaca la noticia el 18 de febrero.
En resumen, Agustín de Iturbide dirigió el brazo militar de los
conspiradores, y a principios de 1821 pudo encontrarse con Vicente Guerrero.
Ambos proclamaron el Plan de Iguala, que convocó a la unión de todas las
facciones insurgentes y contó con el apoyo de la aristocracia y el clero de
Nueva España.
Páginas relacionadas:
http://www.genealogia.org.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=287&Itemid=91
http://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Iturbide
http://www.laizquierdasocialista.org/node/1877
Algún tiempo después Mina pasa a Bayona y desde allí embarca para Londres, Inglaterra, donde conoce a fray Servando Teresa de Mier, sacerdote mexicano, quién escribía sobre la guerra de Independencia de México, y planea formar una expedición para ayudar a los insurgentes de la Nueva España, invitando a Mina y a otros a dirigirse con él a México.
Algunos lores británicos liberales posibilitan la reunión de algo más de 20 oficiales españoles, italianos e ingleses, embarcándose el 15 de mayo de 1816 en Liverpool rumbo a los Estados Unidos. El 30 de junio llegan a Norfolk, Virginia, donde tuvo enormes dificultades para sacar adelante su empresa.
Finalmente pudo armar dos embarcaciones, dirigidas por norteamericanos, que mandó adelante, y zarpó el 27 de septiembre de Baltimore hacia Puerto Príncipe. De ahí partió con su escuadrilla el 23 de octubre, rumbo a la isla deGalveston, a donde arribó el 24 de noviembre de 1816.
Estuvo en Nueva Orleáns y tras algún tiempo se embarcó de nuevo en Galveston, el 16 de marzo de 1817. En la desembocadura del río Bravo del Norte, en donde se detuvo para aprovisionarse de agua, dirigió el 12 de abril una proclama a sus soldados en la que pidió disciplina y respeto a la religión, a las personas y a las propiedades.
El 15 de abril desembarcó en Soto la Marina, Tamaulipas, en la desembocadura del río Santander, población que toma al estar abandonada. El 25 del mismo mes imprime otra proclama, en una imprenta que llevaba consigo, en la que hizo saber los motivos de su intervención en Nueva España.
Mina hizo público un manifiesto afirmando que no combatía la soberanía española en sus territorios de Ultramar, sino la tiranía del rey Fernando VII. No obstante, se nombró general del "Ejército Auxiliador de la República Mexicana", y el 24 de mayo empezó a avanzar hacia el interior del país para unirse a los insurgentes de Pedro Moreno en el Fuerte del Sombrero, al noreste de Guanajuato.
"(...)Mexicanos: permitidme participar de vuestras gloriosas tareas, aceptad los servicios que os ofrezco en favor de vuestra sublime empresa y contadme entre vuestros compatriotas. ¡Ojalá acierte yo a merecer este título, haciendo que vuestra libertad se enseñoree o sacrificándole mi propia existencia! Entonces, en recompensa, decid a vuestros hijos: "Esta tierra fue dos veces inundada en sangre por españoles serviles, vasallos abyectos de un rey; pero hubo también españoles liberales y patriotas que sacrificaron su reposo y su vida por nuestro bien."
Proclama de Francisco Xavier Mina al desembarcar en el Nuevo Santander. Soto la Marina, 25 de abril de 1817.
"(...)Mexicanos: permitidme participar de vuestras gloriosas tareas, aceptad los servicios que os ofrezco en favor de vuestra sublime empresa y contadme entre vuestros compatriotas. ¡Ojalá acierte yo a merecer este título, haciendo que vuestra libertad se enseñoree o sacrificándole mi propia existencia! Entonces, en recompensa, decid a vuestros hijos: "Esta tierra fue dos veces inundada en sangre por españoles serviles, vasallos abyectos de un rey; pero hubo también españoles liberales y patriotas que sacrificaron su reposo y su vida por nuestro bien."
Proclama de Francisco Xavier Mina al desembarcar en el Nuevo Santander. Soto la Marina, 25 de abril de 1817.
El 17 de mayo se presenta en Soto la Marina la fragata de guerra española Sabina, hundiendo uno de los barcos de Mina. Otro barco pudo huir y el tercero quedó embarrancado. Mina sale de su campamento el día 24 con 300 hombres, apoderándose de 700 caballos en la Hacienda del Cojo, y deja la plaza al mando del teniente coronel catalán José Sardá. Posteriormente se interna en la sierra de Tanchipa, pasando el día 5 por Horcasitas (Cd. González), El Abra, y Baltazar (hoy Antiguo Morelos), donde duermen, para inmediatamente internarse en el estado de San Luis Potosí.
El 6 de junio toma Valle del Maíz; el 15, Peotillos; el 19, Real de Pinos; el 22 se une a una partida insurgente y el 24 entra en el Fuerte del Sombrero, defendido por el insurgente Pedro Moreno. Mientras tanto, en Soto la Marina los soldados que dejó fueron derrotados, siendo aprehendido, entre otros, el cura Mier (Fray Servando).
El 1 de agosto se presentó frente al Fuerte del Sombrero el mariscal Pascual Liñán con un poderoso ejército, sitiándolo. Los defensores del fuerte trataron de salir de él varias veces en busca de víveres, pero no lo consiguieron. Mina logró salir el 8 de agosto y fue en auxilio del Fuerte de los Remedios, donde el sacerdote José Antonio Torres hacía resistir a los realistas.
Luchó en diversas plazas hasta que, desalentado por la indisciplina de sus tropas, el 12 de octubre llega a Jaujilla, donde estaba la Junta de Gobierno. La Junta le encomienda atacar Guanajuato, pero sus tropas son dispersadas por el enemigo.
Se refugió con el coronel Pedro Moreno en el rancho de "El Venadito", donde fueron atacados el 27 de octubre de 1817, muriendo Moreno. Mina fue hecho prisionero y llevado ante el coronel absolutista Orrantia, que al día siguiente entra enSilao con Mina prisionero y la cabeza del coronel Moreno clavada en una lanza. El Virrey fue premiado con el título de conde de Venadito por esta acción.
Días después, Mina es llevado al destacamento de Pascual Liñán. El 11 de noviembre de 1817 fue conducido por un piquete a la cresta del Cerro del Bellaco o Cerro del Borrego, frente al fuerte de los Remedios, cerca de Pénjamo, donde fue fusilado por los soldados del Batallón de Zaragoza. Sus restos descansan en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.
Pese a su brevedad, la campaña de Mina fue una acción de guerra de suma importancia en el período de la Guerra de Independencia de México, conocido como "Etapa de Resistencia de la Independencia de México", cuando se tenía la impresión del gobierno español, que las tropas realistas, podrían derrotar al ejército insurgente mexicano.
Páginas relacionadas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Xavier_Mina#La_Guerra_de_Independencia_en_M.C3.A9xico
http://www.agn.gob.mx/independencia/fichas/Proclama%20de%20Francisco%20Javier%20Mina.html
http://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/MLM89.html
CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
Del 16 de septiembre de 1810 a el 27 de septiembre 1821 que se consuma la independencia pasaron 11 años, el final de la larga lucha se dio gracias a diversos sucesos tanto externos como internos. el retiro las tropas napoleónicas de España, ayudo a que el rumbo de la guerra de independencia fuera de mas a menos.
Fernando VII a su regreso al trono en 1814 desconoce la constitución de Cádiz, lo que causo rebeliones de partidarios de esta en España. Hasta que finalmente en 1820 con el triunfo de los liberales el rey juro la constitución. Al recibirse la noticia en nueva España el clero y la elite de poder se reúne en el templo de san Felipe Neri para conspirar el plan de La Profesa, cuyo principal objetivo fue conseguir que no se aplicara la constitución de Cádiz en el virreinato, alegando que la nueva España se gobernaría independiente apoyándose en las leyes de indias, mientras el rey siguiera bajo el dominio de la revolución liberal.
Hecho que no se consuma al jurarse la constitución por el virrey para evitar un levantamiento armado por parte de liberales masones y no estar en rebeldía con la autoridad española, estos sucesos marcan un antecedente para la consumación de la independencia de México, pero sin ser la que Hidalgo, Morelos y demás combatientes anhelaban toda vez que el poder seguiría de haberse concretado el plan de la profesa en manos de a quien combatían.
El Plan de Iguala (Vicente Guerrero – Agustín de Iturbide)
Al fracasar los intentos del clero y los peninsulares simpatizantes de establecer una monarquía absolutista vieron en Agustín de Iturbide la oportunidad idónea de lograr sus intereses y no estar bajo el gobierno de la constitución de Cádiz, encargando esta misión a Iturbide quien supo manejar astutamente la situación. el virrey de Apodaca lo nombra comandante general del sur y este promete acabar con todo rastro de insurrección al sur de la nueva España, algo que estaría lejos de la realidad. Vicente Guerrero y Pedro Ascencio le brindaron férrea resistencia propinándole derrotas en Tlatlaya las tropas de Ascencio y en Zapotepec las de Guerrero.
Viendo que no seria fácil someter a los ejércitos del sur Iturbide propone a Vicente Guerrero lograr la libertad de la naciente nación mediante su unión así el 10 de febrero en Acatempan logran acuerdos para presentar posteriormente el plan de iguala que en resumen proclamaba, la emancipación de México formando un imperio mexicano gobernado por un miembro de la familia real de España regido por una constitución.
Este acto fue rechazado totalmente por el virrey que ofrece a Iturbide retractarse a cambio de ser indultado. Lejos de esto Iturbide comienza a ganar partidarios realistas que entregan ciudades por capitulación e incorpora caudillos insurgentes en sus filas, esto resulta en la destitución del virrey Juan Ruiz de Apodaca
Y el envío de Juan O’Donojú como representante político superior en nueva España, O’Donoju facilito la consumación de la independencia de México al firmar el tratado de Córdoba el 24 de
El ejercito trigarante entra en la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821 y se firma el acta de independencia del imperio mexicano al día siguiente, consumándose con este hecho la independencia.
Páginas relacionadas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Consumaci%C3%B3n_de_la_Independencia_de_M%C3%A9xico
http://www.historiademexicobreve.com/2012/08/consumacion-de-la-independencia-de.html
http://huellas.mx/extraordinario/2014/09/29/consumacion-de-la-independencia-de-mexico/
LA ALHÓNDIGA DE GRANADITAS
La Alhóndiga de Granaditas es un edificio construido en la ciudad de Guanajuato, en el estado de Guanajuato, México, a finales del siglo XVIII, en tiempos del virreinato, empleado en un principio como almacén y comercio de granos (de ahí el nombre de alhóndiga). Fue uno de los principales y primeros escenarios de la lucha de independencia de México, ya que durante el ataque por el ejército insurgente a la ciudad de Guanajuato, en su interior se refugiaron familias peninsulares y se acuartelaron las tropas realistas, por lo que fue asediado por las tropas rebeldes capitaneadas por Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende,3ataque que duró hasta que fue tomado el edificio y masacrados sus ocupantes (en su mayoría civiles), el 28 de septiembre de 1810, gracias a un personaje conocido como El Pípila quién permitió el acceso a la alhóndiga incendiando sus puertas, tras pasar por una lluvia de balas cubriéndose la espalda con una losa de piedra.
Su construcción inició en 1796, por orden del virrey Miguel de la Grúa Talamanca de Carini y Branciforte, proyectado por el arquitecto José del Mazo y Avilés. Los encargados de los trabajos fueron el maestro Juan de Dios Trinidad Pérez y Francisco Ortiz de Castro. Fue concluida el 7 de noviembre de 1809.6 Su fin principal era el almacenaje de granos, pero esa función duró poco, ya que a los pocos meses, en septiembre de 1810, la ciudad fue tomada por los insurgentes.
Durante la toma de la ciudad, el 28 de septiembre del mismo año, las tropas realistas comandadas por el intendente del centro minero de la ciudad, el militar Juan Antonio Riaño, se acuartelaron dentro de la alhóndiga para resistir a las fuerzas insurgentes comandadas principalmente por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende y Unzaga, Juan Aldama,Mariano Abasolo y Mariano Jiménez. Al movimiento insurgente se habían unido un contingente de trabajadores mineros, por lo que uno de ellos, de nombre Juan José de los Reyes Martínez Amaro, apodado El Pípila, tomó como caparazón una losa de piedra que cargó a su espalda para cubrirse del fuego cruzado, con lo que llegó hasta la puerta de la Alhóndiga y le prendió fuego con una antorcha y unas varas de ocote, con lo que el ejército insurgente pudo entrar al edificio, vencer a los realistas y tomar la ciudad. Todos los realistas, en su mayoría familias peninsulares de los alrededores refugiadas en el edificio, fueron masacrados, y la Alhóndiga saqueada, al igual que el resto de la ciudad de Guanajuato.
Después de muertos los héroes independentistas: Miguel Hidalgo, Juan Aldama, Ignacio Allende y José Mariano Jiménez, sus cabezas fueron colgadas dentro de jaulas de cada una de las esquinas de la alhóndiga el 14 de octubre de 1811, donde duraron expuestas hasta marzo de 1821, al borde de la total liberación del dominio español.
La Alhóndiga mide 75l metros de largo por 68 de ancho, con una altura de 23 metros y ocupa un área de 5100 metros cuadrados. Está construida sobre una loma, y dos de sus lados están flanqueados por dos cerros, producto de la geografía accidentada de la ciudad. En el exterior no tiene adornos, con excepción de las ventanas ubicadas a lo alto de cada troje; además tiene una cornisa de estilo dórico, construida con las dos clases de cantera de la región, verdosa y rojiza. Esto le da un curioso aspecto de casa fuerte o castillo, y así lo llegó a nombrar el pueblo de Guanajuato. En el interior hay un pórtico de dos altos que da a un patio central amplio y espacioso; el pórtico inferior tiene columnas y adornos de estilotoscano, mientras que el superior es de estilo dórico, con baluastres de piedra ubicados en los intercolumnios. Tiene dos escaleras que comunican el piso alto con el bajo, y cada piso tiene trojes independientes. La Alhóndiga tiene sólo dos puertas de acceso, una pequeña, que da al Oriente, adornada con dos columnas, y otra, más grande, del mismo estilo, al Norte, desde donde descienden escalinatas hasta una plazoleta al pie de la loma en la que está construida. La Alhóndiga fue utilizada, primero, para la compra y venta de trigo, de maíz y de otros granos, y, después de la Independencia, como almacén de trabajo, cuartel militar y prisión. Actualmente sirve como museo: el Museo Regional de la Alhóndiga de Granaditas.
La Alhóndiga de Granaditas se encuentra en la calle 28 de Septiembre, esquina con Mendizábal, en el centro histórico de la ciudad de Guanajuato, capital del estado de Guanajuato, en México, enfrente del Archivo Histórico de la Ciudad; atrás se encuentra la Iglesia de Belem, al lado izquierdo la avenida Juárez y a la derecha la escuela Carlos Montes de Oca. La Alhóndiga está rodeada por las calles San Javier, Insurgencia y Mendizabal, también de calle de la Galarza.
Páginas relacionadas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Alh%C3%B3ndiga_de_Granaditas
http://es.wikipedia.org/wiki/Toma_de_la_Alh%C3%B3ndiga_de_Granaditas
http://www.visitmexico.com/es/alhondiga-de-granaditas-guanajuato
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